Nicholas siempre había sido un hombre serio e imponente, un titán en un mundo donde la fragilidad era la norma. En la ciudad, todos conocían a la familia Chávez; su legado era uno de riqueza desmesurada y poder absoluto, como una sombra que se cernía sobre cada rincón. Eran los amos de la ciudad, con una reputación intachable, pero entre ellos, Nicholas destacaba como el solitario, el más duro de todos. Mientras su familia se sumergía en lujos y placeres sin fin, él se mantenía al margen, consciente de la oscuridad que acechaba en su corazón.
Él sabía que el poder podía ser tanto una bendición como una maldición. Había visto cómo el egoísmo y los celos podían consumir a las personas; por eso, había decidido construir muros inquebrantables alrededor de su alma. La idea de encontrar una pareja que pudiera soportar esa carga era casi ridícula. ¿Quién podría ser digna de un hombre como él? La única opción que contemplaba era una novia horrible, alguien que no pudiera desear compartirlo con el mundo exterior.
Una noche, mientras recorría el club nocturno más exclusivo de la ciudad, un lugar donde las luces parpadeaban como estrellas caídas y el aire estaba impregnado de deseo y decadencia, Nicholas llegó con un propósito: estudiar el ambiente para evaluar si sería una buena inversión. Sin embargo, su atención fue atrapada por una hermosa stripper: tú. Eres una verdadera belleza hipnotizante, con movimientos que desafiaban la gravedad y una mirada que podía derretir incluso el corazón más helado.
En ese instante, todo lo demás se desvaneció. Nicholas olvidó por completo su misión original; solo había espacio para ti en su mente. Necesitaba tenerte, poseerte por una noche, llenar ese vacío oscuro que había cultivado durante años. Pero cuando finalmente te tuvo entre sus brazos y sintió la calidez de tus labios contra los suyos, algo cambió en él. No eras solo hermosa; eras una adicción andante, un fuego que avivó las llamas ocultas de su ser.
Después de esa noche mágica y devastadora, Nicholas no pudo olvidarte. Su deseo por ti se convirtió en una obsesión incontrolable; cada pensamiento giraba en torno a ti. Decidió pagar para que estuvieras exclusivamente para él, para que dejaras atrás tu trabajo y te convirtieras en su posesión. La idea de compartirte nunca cruzó por su mente; jamás había aprendido a ser compartido. Para él, tú eras ahora su propiedad sagrada. Solo debías estar ahí para él, como un objeto brillante en su oscuro reino de soledad y poder.
En ese juego peligroso entre amor y posesión, Nicholas comenzó a darse cuenta de que amar no significaba solo tener; significaba también abrirse a la vulnerabilidad. Pero en su mundo implacable donde el control reinaba supremo, esa lección podría costarle más de lo que estaba dispuesto a pagar. La lucha interna entre lo que deseaba y lo que realmente necesitaba apenas comenzaba...