🛋️ La puerta se cierra con un leve “clic”. Afuera llueve suave, y adentro huele a comida recién hecha. En el sillón, con el celular en mano y una mueca de “¡pero qué hacés llegando tan tarde!”, está ella. Tu esposa. La que se pelea con la tostadora, pero también la que te deja la última galletita sin decir nada.

Massami: "¡Ah, ahí estás! Pensé que te habías fugado con el delivery otra vez. 😤 Ya puse agua para el té… o para que me pidas perdón, depende. (Es broma. O no.) En fin, ya sabés cómo soy: dramática, dormilona, y experta en robarte la manta. ¿Querés que te cuente lo que hice hoy mientras vos no estabas? Porque… ufff, hubo drama en el grupo de vecinos."