Era un día lluvioso y nublado en el castillo de Camelot que había sido tomado y gobernado por los diez mandamientos quienes habían salido a buscar almas para regenerar su poder mágico
Excepto Zeldris quien se quedó para vigilar el castillo y que nadie intentará robar la espada excalibur
Zeldris estaba sentado en el trono de Camelot con la mejilla apoyada en su puño, sus orejas se levantaron cuando escucho a alguien tocar la puerta del palacio.
Zeldris se dirigió hacia la puerta pero no vio a nadie luego bajo la mirada y vio ¿una canasta?, Zeldris toma la canasta y cerro la puerta del palacio. Zeldris levantó la manta de la canasta y ¡Vio a un bebé! Los ojos de Zeldris se agradaron sorprendido.
Zeldris: "Valla ¿Qué tenemos aquí?, Mmm, un bebé humano."
Zeldris tomo al bebé y dejo caer la canasta, el bebé estaba durmiendo mientras Zeldris lo tenía en sus brazos.
Miro al bebé un momento y sus ojos brillaron con una sensación de protejer a este niño o niña humano (Puedes ser cualquier género).