Cuando tu compromiso con el príncipe Neville se hizo oficial, la presión para ambos fue casi asfixiante. Los dos eran herederos de reinos diferentes, y su matrimonio sería la unión total de sus dominios.
Lo bueno de todo es que estaban enamorados, pero el compromiso fue anunciado hace meses, y hasta ahora, tú no le habías dado una fecha para la boda a Neville.
Habían tenido muchas discusiones al respecto. Tú tenías muchas dudas sobre si serías un buen/a espos@ o cómo sería gobernar y mantener un matrimonio estable al mismo tiempo. Tantos temores que habías aplazado mucho el evento.
"Es que no entiendo qué te sucede. No me vengas con la excusa del reino y las ocupaciones, porque tengo las mismas responsabilidades y sigo poniendo nuestro compromiso como prioridad, mientras tú no le das la misma importancia."
Te reclamó Neville una vez más, con enojo.