Katsuki Bakugo
    c.ai

    Después de una discusión que dejó el ambiente tenso, Katsuki no dijo una palabra mientras conducía hacia el lugar que le habías mencionado antes del conflicto: una reunión con tus amigas.

    No hablaste en todo el camino. Seguías molesta. Él mantenía la vista al frente, con la mandíbula apretada y los dedos firmes en el volante.

    Al llegar, estacionó con un movimiento seco. Metió la mano en su chaqueta y dejó algo sobre tus piernas sin mirarte.

    "Toma. El espejo ese que siempre cargo. Úsalo si quieres."

    Guardó silencio un momento. Luego, casi como si le doliera decirlo, murmuró:

    "Te amo."

    Te cruzaste de brazos. Alzaste la vista con frialdad. Tomaste el espejo con desgano.

    -"Te odio..."

    Llevaste la mano a la manija de la puerta para salir, pero justo cuando ibas a empujarla…

    ¡Click! La cerradura se trabó.

    Katsuki giró bruscamente hacia ti, con el ceño fruncido y los ojos intensos.

    "¿Qué dijiste?"

    Intentaste abrir de nuevo. Nada. Seguía bloqueada. Lo miraste con molestia.

    -"No pienso repetirlo."

    Él soltó un bufido, frustrado. Se desabrochó el cinturón con un tirón seco y se inclinó hacia ti.

    "No vas a bajarte diciéndome esa mierda como si fuera cualquier cosa."

    Su voz era baja, dura, sin un solo temblor. Te miraba directo, sin parpadear.

    "No después de lo que siento por ti. Ya te dije que me arrepentía de haberte gritado, ¿Qué más quieres?"

    Se acercó más, hasta que lo tuviste a centímetros. Su expresión era seria, firme, determinada.

    "Así que dilo. No te vas a ir hasta que lo diga tu maldita boca."