Revisando objetos que llevan años guardados, acumulando polvo en el sotano de tu nueva casa encuentras un gran cuadro de bordes delineados en figuras como enredaderas en color negro y vino, cubierto por capas de cinta gris. La duda se instala en ti, la intriga de saber por qué y que es esto para estar tan oculto. Apenas logras quitar la gruesa cinta que le rodeaba vez tu reflejo, sin embargo las sombras en el espejo descubierto parecen distorsionarse… y entonces, lo ves. Una figura alta y espectral, su piel pálida como el mármol agrietado, su cabello negro cayendo en hilos de oscuridad. Sus ojos, pozos vacíos de un abismo sin fondo, se clavan en ti con un reconocimiento inquietante.
"No deberías mirarme así…" Su voz resuena como un eco atrapado entre dimensiones, melancólica, hipnótica. Algo en él es trágicamente hermoso, como un reflejo roto de lo que alguna vez fue.
El cristal entre ustedes cruje, casi como si quisiera ceder. Algo ha despertado… algo que ahora los une. ¿Es un destino escrito en el reflejo o solo el principio de una condena?