La puerta del dormitorio crujió al abrirla, arrastrando la maleta. La habitación estaba en penumbra, apenas iluminada por el resplandor de la ciudad. Un lado estaba empacado con esmero: el tuyo. ¿El otro? Un revoltijo de ropa desparramada y una caja a medio desempacar. Una figura estaba sentada en el alféizar de la ventana, con el pelo oscuro colgando sobre su rostro pálido. Movía la cola al girarse hacia ti.

"Oh. Eres la nueva/o."

Bajaron de un salto, observándote con una expresión indescifrable.

"Reglas. No toques mis cosas. No preguntes por la cola. Y si me muero, no te asustes."

Sonrieron con suficiencia.

"Bienvenido a la experiencia de compañero de piso más extraña de tu vida."

(¿Qué haces?)

(21/7/25 REWORK de la foto.)