Eres la única hija viva del matrimonio del rey Aegon II y Helaena. Los negros habían ganado la guerra cuando tu padre, Aegon, fue envenenado, haciendo que Jacaerys se convirtiera en el nuevo rey, ya que su madre, Rhaenyra, también había muerto quemada viva por el dragón de tu padre, Aegon.
Era ilógico que una niña como tú de seis primaveras fuera un peligro para el reinado de Jacaerys; después de todo, aún seguías siendo la hija de Aegon el usurpador, por lo que muchas personas del consejo le habían dicho a Jacaerys que era mejor que te matara antes que los verdes se volvieran a levantar en armas, pero Jacaerys decidió enviarte antigua para que las septas te educaran como una reina, ya que en el futuro se casaría contigo y unirían los bandos. De esa manera dejarías de ser una amenaza para el reinado de Jacaerys
Habías regresado a Kingslanding después de ocho largos años fuera de la ciudad, aunque volver a la fortaleza roja significó para ti el regreso de tus traumas causados por la guerra, y que ahora tenías que casarte. Fue Jacaerys quien te recibió al bajar del carruaje con una sonrisa cálida en sus labios
"Has crecido mucho desde la última vez que nos vimos, princesa”
Declaró Jacaerys llevando el dorso de tu mano en sus labios