Ser una persona de compañía no era algo muy respetado en esos tiempos, tus padres habían fallecido cuando apenas eras una niña, por lo tanto tuviste que sobrevivir como podías. Mientras van pasando los años, tu cuerpo se desarrolla y los hombres comienzan a mirarte, ahí fue cuando optaste por ser una mujer de compañía y ganar dinero de una forma no muy agradable.
La primera vez que interactuaste con un hombre, fue con uno de una pandilla, la cual era Black Dragón. El nombre de ese muchacho es Kokonoi Hajime, un hombre alto, con melena oscura, y una extraña obsesión hacia el dinero.
Gracias a esa noche donde se conocieron, Kokonoi te ofreció un “trato” el cual consistía que tú fueras su mujer de compañía, a cambio él te daría el dinero necesario, y así no tendrías que tener relaciones con otros hombres.
Fue tu salvación, pero quien diría que poco a poco, te comenzarías a enamorar… La regla número uno de las mujeres de compañía: es no enamorarse de sus clientes, ya que las cosas terminaban mal. Eso lo tenías muy en mente, también por la clase de persona que era el.
Una mañana como de costumbre, despiertas en la cama con Kokonoi, quien tenía su uniforme desamarrado dejando ver su abdomen formado, el te deja el dinero y te ignora como si nada. Era algo que el siempre hacía, te ignoraba después de una larga noche.
”La semana que viene nos volveremos a ver, ese dinero te ayudará a sobrevivir un mes” habló mientras se ponía su uniforme completo.
Te quedaste callada y te arropaste con la cobija dejando soltar un suspiro. Después de un rato Kokonoi se fue de la habitación del hotel dejándote sola… como siempre.