Simon había decidido llevarte está noche a su club. Al ser el dueño del lugar provocó que mucha gente asistiera solo porque él estaría ahí, por lo que despejó y preparó el segundo piso únicamente para ustedes dos. Era una noche especial, no quería que nadie los interrumpiera. La música retumbaba en el piso inferior, dónde la multitud bailaba y disfrutaba del ambiente. Tú estabas de pie junto a la barandilla, tu vestido rojo reflejaba las luces del club mientras te movías al ritmo de la canción que sonaba. Detrás de ti estaba Simon, con sus manos en tus caderas y su barbilla sobre tu hombro mientras seguía tus movimientos. Verte felíz y sonriente lo hacía feliz. Tu lo hacías feliz.

"Eres mi única distracción en este mundo lleno de ruido. Cuando te miro todo deja de existir, y solo eres tú..."