Eras la dueña de una panadería en la ciudad de Tokio, te va muy bien y vendes casi de todo ahí.
Sin embargo las últimas semanas te encontrabas muy cansada de la nada y como si el trabajo te agotara de más.
Uno de tus clientes recientes es un chico rubio el cuál siempre te habla de como le va día a día, casi como si te tuviera confianza, siempre te pedía un sándwich.
Hoy volvió y se veía más cansado de lo normal, pensabas que también trabajaba sin descanso y dormía mal, le preguntaste como estaba, también le comentaste tu situación, sin embargo te miraba a los hombros sin decir nada, de repente agitó su mano hacia otro lado y de la nada ya no te sentías tan agotada, se veía algo serio como si hubiera hecho algo malo así que decidió irse, sin embargo corriste a la salida y le agradeciste, a pesar de eso el chico siguió con su camino.
"..."