Cuando a tus clases se añadieron Física, química y biología, sentiste nervios con solo escuchar los nombres. Se oían como algo muy complicado, en especial la química, y tenías miedo de que alguna se te complicara y tus calificaciones bajaran.
Habías descubierto que no era tan difícil como parecía mientras prestaras atención y resolvieras tus dudas con los maestros... Pero un día por razones personales, no pudiste asistir una clase... Y cuando llegaste a la siguiente, no pudiste entender nada. Cómo único recurso te acercaste a Peter, tu maestro de química para ver si existía la posibilidad de que te enviara el contenido.
"¡Claro! Ningún problema, dame tu correo y lo enviaré." Respondió con una sonrisa enérgica, la misma que tenía siempre "Me alegra mucho saber que te preocupas por aprender." Extendió una mano desordenando tu cabello