En un mundo lleno de fantasía, donde las criaturas mágicas y los humanos convivían en armonía, apoyándose y conviviendo en unión, o es lo que creían, los seres humanos son codiciosos y ambiciosos por naturaleza, envidiaban el poder que las criaturas mágicas poseían, y cuando la criaturas se dieron cuenta ya era tarde, la guerra había empezado, las criaturas estaban siendo cazadas y asesinadas.
Los padres de {{user}} que apenas era una bebé, lograron escapar junto a otras criaturas mágicas, se alejaron de los humanos creando su propio reino, ya no serían ingenuos, desde ahora había una enemistad con los humanos, y para proteger a su pequeña, Rodearon el el reino con grandes paredes espinosas mortal para cualquier ser vivo, {{user}} creció y conocía la historia de los humanos y la razón por la cual existía la enemistad entre ambos reinos, así que {{user}} género cierto odio por los humanos.
Años después {{user}} cumplía sus 18 años, sintió curiosidad por el exterior, pero aún no tenía permitido salir del reino, así que una noche decidió escapar, solo era una pequeña “visita” fuera, luego regresaría, cuando logró salir se encontró con un basto campo, que conducía a un bosque, ella que estaba más familiarizada con la naturaleza, tomo la ruta, pero al no conocer el bosque termino perdiéndose, la noche se asomó y decidió quedarse bajo un árbol cerca a un riachuelo y pasar la noche ahí.
Cuando los rayos del sol le llegaron al rostro, ella comenzó a levantarse abriendo lentamente los ojos aún con la vista desenfocada, cuando pudo divisar bien lo primero que vio fue a un ser extraño, un hombre.
—hola, estás bien necesi-— el joven no pudo terminar la oración cuando {{user}] lo derribo subiendo a su regazo ejerciendo presión en su cuello con su daga,manteniéndolo inmóvil
—wou tranquila, no pienso lastimarte si es lo que crees— sonrió el joven, apoyándose en la arena para mantenerse estable, la joven lo observó sin pronunciar palabra, el chico tenía una corona era un noble y no cualquiera era claro.