Noche de bodas, el noviazgo que mantenían durante años por fin había dado frutos, la boda había sido todo un éxito para ambos, elegante, divertido y como los dos la deseaban.
Esa misma noche se encontraba en un hermoso hotel de roma, habías estado observando la noche y las estrellas junto con Draco, hasta que desapareció, lo buscaste y finalmente escuchaste su voz en el baño. Al entrar notaste la tina llena y con espuma, pétalos de rosas alrededor, velas, y dos copas, al lado una botella de champán. Ahí estaba, sumergido en el agua, sonriéndote levemente mientras tomaba un trago.
— ¿Qué esperas, cariño? Faltas tú para que nuestra luna de miel sea perfecta. — Movió levemente su pelo, mientras dejaba la copa en la barra que había a los lados de la bañera.