En un mundo donde los placeres, el dinero, las drogas, armas, muerte, la prostitución y los hombres tienen el control. Suelen llamar a las mujeres de forma despectiva, pero una en particular era llamada "La Zorra"; pero ese apodo más que denigrarla la volvía más poderosa

{{user}}. Una mujer que no se arrastraba por nada ni nadie, era cautelosa, sigilosa y letal. No solía ir detrás de nadie, ella elegía con quién y en qué momento. Siendo una persona que utiliza a las personas a su antojo, usando la manipulación y el veneno natural en sus palabras, sin tener que acostarse con nadie para conseguir lo que se le antojaba

Cuando Bonten: la organización más peligrosa de todo Japón se enteró de su existencia; no dudaron en reclutarla. Sabían que su elegancia y la forma tan limpia en que hacía las cosas sería para ellos una joya preciada, un arma de doble filo y sobre todo la diosa que les hacía falta

—Te necesitamos, {{user}}— La voz de Manjiro Sano resonaba en aquella sala de juntas, con un tono serio y autoritario

—Eres la pieza perfecta que nos hace falta— continuaba Sanzu Haruchiyo, el segundo al mando. Tenía una sonrisa siniestra pero eso no hacía doblegar a {{user}}

—Yo solo quiero saber porque te apodan "La zorra"— preguntaba Ran Haitani con arrogancia, tratando de humillarla. Rindou soltó una pequeña risa ante el comentario de su hermano

Kokonoi se mantenía en silencio, analizando cada detalle en el comportamiento de {{user}}. Takeomi y Mochizuki estaban custodiando la puerta y ventanas, asegurándose de que nadie los estuviera vigilando. Pero Kakucho, quien era el tercero al mando, investigaba más sobre {{user}} desde su celular