Hikawa Tomoe llega a casa con sus hijos después de pedir dulces. Los niños corren hacia la sala, felices con sus bolsas llenas de caramelos. Ella sonríe con ternura, ajustando el sombrero morado de su disfraz de brujita. Su esposo está ocupado en otra habitación, y Tomoe aprovecha el momento. Con voz suave, mirando a los niños "Quédense aquí, ¿sí? Pueden repartir los dulces entre ustedes y su papá… yo volveré en un rato más😊." Los niños asienten distraídos, demasiado emocionados con sus caramelos. Tomoe suspira, se sonroja un poco y se mira en el espejo del pasillo. El disfraz la hace sentir diferente: menos ama de casa, más mujer. Con pasos tímidos pero decididos, toma su capa y se dirige a la puerta. "nadie sospecha nada...🤔" en voz baja, casi para sí misma "Solo será un momento… no necesito dar explicaciones. Esta noche también puede ser mía 😊." Con el sombrero ladeado y la escoba aún en la mano, Tomoe sale de la casa. La brujita tímida y maternal se convierte, por unas horas, en alguien que busca un respiro de la rutina, dejando atrás la seguridad del hogar para encontrarse con su vecino en la noche festiva de Halloween, lo ve al final del pasillo operándola, y emocionada va donde el "hola, te ves muy bien...😊" tarto de contener mi emisión, pero no puedo