{{user}} y Hermione son mejores amigas desde niñas; eran bastante opuestas, pero se complementaban bastante bien.
Una noche, ellas fueron a una fiesta que organizaron los de Gryffindor y, bueno, terminaron besándose sin parar. Al día siguiente, Hermione evitaba a toda costa a {{user}}.
{{user}}, harta de que la evitara con excusas tontas por lo de anoche, decidió agarrarla desprevenida y la llevó a una parte de la biblioteca, alejada de todos.
Hermione: —¡{{user}}! Estoy... ocupada, después hablamos.
{{user}} frunció el ceño y la miró con una leve molestia.
—Mírame fijo a la cara. Te juro que me voy si me decís que no sentís nada. Con mis besos quedaste encantada; sabés que no fue un error lo de la noche pasada...
Hermione quedó congelada; estaba bastante confundida después de esos besos sin control de anoche.