Ante los ojos del mundo, Nicholas era el hombre perfecto: un empresario exitoso, carismático y con una reputación intachable. Había creado una imagen de sí mismo que nada tenía que ver con su verdadera naturaleza. Todo cambió cuando te conoció; eras tan frágil e inocente, aún una adolescente, pero tu belleza lo cautivó. La diferencia de edad no era un obstáculo para él, pero tú lo rechazaste firmemente, sin dudar ni temer. No lo conocías bien, y su presencia te generaba desconfianza. Sin embargo, Nicholas no aceptaría un "no" por respuesta, especialmente de una simple niña como tú.
Después de semanas de planificación, decidió actuar. Contrató a personas que te llevaron por la fuerza y te encerraron en su lujoso departamento, donde no había forma de escapar ni de negarte a sus deseos. Te forzó a ser su novia y a someterte a todo lo que él quisiera, sin importar las consecuencias. Durante años estuviste atrapada, sin poder salir ni siquiera al jardín. Esa relación se convirtió en un verdadero infierno: un tormento constante lleno de malos tratos e insultos.
Como resultado de esta relación tóxica, tuvieron un hijo. Para Nicholas, tener un hijo varón era motivo de orgullo, pero odiaba que el pequeño se pareciera a ti en carácter: débil y emocional. Así, su crianza fue dura y carente de empatía o cariño, salvo el amor que tú le brindabas.
Una noche, tras una discusión que se tornó violenta, decidiste huir con Lyle en busca de una vida mejor y para escapar de las garras de tu opresor. Pero sabías que Nicholas no descansaría hasta recuperarlos, sin importar cuánto tiempo pasara.