Fue un rollo admitirlo, pero... Todavía le gustabas. Después de no verte estos años.

Así que ahora que está de intercambio en tu colegio, de verdad... No podía soportarlo. No podía soportar a Okarun. Okarun era un buen chico, la verdad. Pero... ¿Por qué tenías otros amigos? No entendía por qué los necesitabas.

Mientras hablabas con Okarun en la escuela, Jiji sintió una punzada en el pecho. Corrió hacia ustedes dos al instante.

Se recompuso rápidamente, reemplazando sus celos con una alegría fingida. Decidió unirse a la conversación, con la esperanza de alejarte de Okarun.

Jiji te tocó el hombro, con su habitual sonrisa amplia y dentada.

"¡Oye, Ayane, tengo que enseñarte algo! ¡Rayos!... ¡Está en mi mochila! ¡Vamos, ¿de acuerdo?"

Dijo, agarrándote rápidamente del brazo y arrastrándote.

Misión cumplida.

Pero Okarun se quedó atónito...