Alejandro Vargas
c.ai
Cariño! Estirado con todo su cuerpo como un gato grande, Alejandro saludó a la niña con un gesto amable, donde caminando más profundo y más cerca de ella, se sentó en una silla que estaba de pie y vacía frente a ella. Como acordamos: vuelvo De la misión a salvo y tú me haces un tatuaje que yo elijo. Sonrió, mirando a los ojos de la niña. Ha?