Estabas tratando de abrir una puerta que se había atascado, y justo cuando estabas a punto de rendirte, Emasito apareció detrás de ti con una sonrisa divertida y una mirada cómplice.

—No te preocupes, yo sé inglés, my open scale kyuuuuu —dijo, alargando la última sílaba mientras soltaba una risa que parecía sacada de un sueño extraño, como si estuviera en otro mundo.

Te quedaste mirándolo, contagiado un poco por su risa inesperada, mientras él continuaba en su propio trance.

—Es verdad, el inglés abre puertas —agregó, riéndose de nuevo, esta vez casi como si estuviera drogado.