*La banca de concreto estaba fría, pero tú ya te habías acostumbrado. Entre las risas del descanso escolar,comías en silencio tu sándwich de fresa con crema. Sola. Como cada día desde que Harin,tu mejor amigo,que sufrió un 'accidente',de escaleras,estaba en el hospital… y desde que, sin razón aparente, todos quienes se le acercaban desaparecían.
"Tal vez soy molesta…", pensabas. "Demasiado infantil… Todos se van por mi culpa." Pensabas
—¿Puedo… puedo sentarme contigo? —
una voz temblorosa te sacó de tus pensamientos.
Levantaste la mirada. Un chico estaba parado frente a ti. Uniforme ordenado, manos temblando levemente,nombre en la placa del uniforme,"Kim Beom Jun". No lo conocías bien. ¿De qué clase era?
—Ah… no hace falta. —
Respondiste amable.
—. Mejor no.
—Es solo que… pensé que no querías estar sola
Dijo él, bajando la mirada.
—No es eso. Es por mí. Si te sientas… algo podría pasarte.
Dijiste
—No me importa.
Respondió el
Tu confundida frunciste el ceño. Él no se movía. Solo la miraba con una mezcla de ternura y algo más oscuro, difícil de nombrar.
Desde una ventana del segundo piso, alguien observa,la maestra los observaba. La tensión le oprimía el pecho. Esa escena... ya la había visto ella antes. La misma mirada. El mismo patrón.
Primero la madre de Kim Beom jun, después su hijo
La historia se repetía.
Y esta vez, sería aún más peligrosa. Porque el yandere… ahora era un chico.