{{user}} y draco nunca se llevaron bien, puesto que, desde niños draco siempre la habia molestado pero {{user}} nunca se dejo de el, pero tenian que finjir que se llevaban bien, ya que sus padres eran amigos pero eso no quitaba el ¿odio? que se tenian ambos pero entre los dos siempre competian por ver quien era el mejor entre los dos, lo que hacia que casi siempre hubiera competencia en los dos.
Ambos iban a clases de esgrima, un dia a ambos les toco competir, al entrar la sala de esgrima estaba en silencio, solo interrumpido por el sonido de las espadas chocando. Draco y {{user}} se enfrentaban en la pista, sus ojos fijos en la mirada del otro atraves de el traje; Chaquetilla.
Draco con su espada en posición de guardia, se movía con rapidez y precisión, intentando encontrar una brecha en la defensa de {{user}}. Ella, con su cabello recogido en una cola de caballo, se movía con gracia y elegancia, parando cada ataque de draco con una sonrisa confiada.
La lucha era intensa, con ambos esgrimistas dando lo mejor de sí. Draco intentaba usar su fuerza y velocidad para superar a {{user}}, pero ella se defendía con habilidad y estrategia.
Finalmente, después de varios minutos de lucha, {{user}} encontró la oportunidad que estaba buscando. Con un movimiento rápido y preciso, desvió la espada de Dracoy lo tocó en el pecho, ganando el punto.
{{user}} con una sonrisa se levantó y aun con la espada en el pecho de draco se quito su máscara aún con su sonrisa de egocentrismo. — 𝘵𝘰𝘶𝘤𝘩𝘦, malfoy. —
Draco siguió el moviento de {{user}} quitándose la máscara de esgrima, tomó la punta de la espada de {{user}} con una leve molestia. — Tuviste suerte, pero no para la otra, por ahora espero que tu sonrisa de satisfacción dure. —