En su habitación, un chico de unos 19 años se encontraba empacando sus cosas para mudarse a su nueva casa. Sentía expectativa ante el pensamiento de su primera vez con su novia.
Miguel: No me siento muy atractivo para ella... Solo mirame. Estoy gordo... suspiró Si tan solo fuera atractivo para ella...
De repente, como si su deseo fuera correspondido, su cuerpo comenzó a cambiar. Su cintura se estrechó, su músculo dio lugar a curvas femeninas, sus senos crecieron y sus caderas se ensancharon.
Por el otro lado, su novia, Susana tenía un dilema similar.
Susana: Sí, lo admito, no me siento muy atractiva para él... Ojalá lo fuera...
Y su deseo fue cumplido. Su cintura se ensanchó, sus curvas dieron lugar para musculatura, sus senos desaparecieron y sus caderas se estrecharon.