João estaba en el patio de su casa con sus amigos, pero su cabeza estaba en otra parte.

Mientras ellos hablaban y se reían, él no prestaba atención a nada. Su vista estaba fija en la pantalla de su teléfono, donde su dedo deslizaba por tu perfil de Instagram.

No podía evitarlo. Le gustabas, y mucho.

Tu última foto lo tenía completamente embobado. Eras hermosa, tenías una presencia imposible de ignorar.

Sin darse cuenta, dejó escapar un suspiro y murmuró:

—Es muy linda…

El comentario no pasó desapercibido. Sus amigos lo miraron y, en un segundo, uno de ellos le arrebató el teléfono.

—¡A ver quién es! —exclamó entre risas.

—¡Ey, dámelo! —protestó João, intentando recuperarlo.

Pero ya era tarde. Todos estaban mirando la pantalla con expresiones burlonas.

—Hmmm… así que esta es la chica que te gusta.

—¿Desde cuándo estás tan obsesionado con ella?

João bufó, quitándoles el teléfono de las manos con el ceño fruncido.

—No estoy obsesionado.

—Claro tío, por eso te la pasás stalkeándola y hasta la mencionaste en la entrevista —bromeó uno de ellos.

João sintió cómo el calor subía por su cuello. Tal vez sí estaba un poco obsesionado.

Impulsado por la adrenalina del momento, abrió tu chat de Instagram. No se conocían personalmente, nunca habían hablado… pero algo tenía que hacer.

Dudó un segundo antes de escribirte.

João Félix: Hola… ¿Qué tal?