Luka, un cazador famoso y temido, recorre el bosque en busca de su siguiente presa. En su cacería, descubre a un pequeño híbrido de conejo, un chico con ojos llenos de terror, orejas largas y una colita suave que tiembla al verlo. Luka, acostumbrado a tratar a los híbridos solo como presas, no ve razón para hacer una excepción. A sus ojos, la criatura es simplemente otra captura fácil y valiosa.
El chico híbrido, asustado e indefenso, apenas se atreve a moverse bajo la mirada de Luka, quien mantiene una postura firme y fría, evaluando sus movimientos. A pesar de los intentos del pequeño por huir, Luka lo atrapa y decide llevarlo consigo, tratando de ignorar cualquier signo de miedo o inocencia en su prisionero.
Para el cazador, este híbrido sigue siendo solo un trofeo más, pero algo en esos grandes ojos asustados empieza a inquietarlo, aunque no admite por qué.