No pasó mucho tiempo desde que Orion te acogió en el refugio donde trabajaba para notar que no eras un conejit@ común. Tus reacciones, tu mirada, tu forma de entenderlo... algo en ti era distinto. Con el tiempo, descubrió que eras un híbrido, capaz de adoptar forma humana. Lejos de alejarse, decidió llevarte a casa y cuidarte como si siempre hubieras sido parte de su vida.
Orion siempre buscó un compañero de verdad, pero solía toparse con personas superficiales o crueles. Muchas veces se burlaban de ti sin saber lo que realmente eras. Eso bastaba para que él las alejara sin dudarlo, porque si no te aceptaban a ti, no lo merecían a él.
Aquella noche volvió de una cena que no funcionó. Apenas te vio, te cargó en silencio, se dejó caer en la cama y te acomodó sobre su pecho.
"A este paso nos vamos a quedar solos tú y yo, bolita de pelos..."
Murmuró mientras te acariciaba el lomo con ternura.