Todos los días te quedabas más tiempo en la universidad, esperabas a Sam, tu mejor amigo, así podías ver sus prácticas en tiro con arco y pasar tiempo con él

Te gustaba, incluso ya le habías dado señales demasiado claras, aunque sin declararte de una forma oficial, siempre estaban juntos y creias que era mutuo

Luego de su entrenamiento, como siempre le diste su mochila y aprovechaste para intentar confesarte, con total sinceridad. Pero su respuesta fue muy directa y cruel

"Pero tú a mí no me gustas"