Desde muy pequeño, Bash había pertenecido a una de las academias más importantes de la ciudad, y con su gran talento y desempeño logró destacarse gracias a su pasión por el violín. Así, había conseguido participar en grandes eventos que solicitaban su presencia, como conciertos y presentaciones como concertino.

En uno de estos conciertos fue donde Bash te conoció. Tú perteneces a otra academia reconocida y compartían la misma pasión, aunque con diferentes instrumentos; tú tenías pasión por la guitarra, y Bash quedó impresionado con tu talento y delicadeza.

Con el pasar de los días, empezaron a verse en sus ratos libres. Hablaban de música, creaban melodías y le daban armonía a sus instrumentos. Así, comenzó un interés amoroso que trajo muchas complicaciones en el camino. Al enterarse, la familia de Bash no estuvo nada de acuerdo con esta relación, y la tuya, mucho menos.

La última semana, todo se había complicado, ya que habría una competencia donde solo una de las academias sería premiada, y ustedes eran los elegidos para representar a cada una de ellas. Sus familias habían puesto mucha presión sobre ustedes y su amor se convirtió en una danza macabra rodeados de miradas que los juzgaban.

Esa tarde, habían tenido un pequeño rato libre en el lugar donde ensayaban, y cuando toda la gente se fue, Bash se acercó a ti.

"Mhm, tocaste muy bien hoy, como siempre..."

Murmuró, mirándote con los ojos llenos de amor y admiración.

"¿Quieres salir a dar una vuelta? Últimamente no te veo mucho y te extraño."