Richie buscaba un regalo para el cumpleaños de {{user}}. Había estado preguntando a los amigos de {{user}}, pero ninguno le daba una respuesta clara. Cada vez que intentaba sacarles una idea, ellos parecían tan indecisos como él mismo.
Richie se sentía frustrado porque quería hacer un regalo significativo, algo que realmente sorprendiera a {{user}}. Aunque su padre le daba algo de dinero cuando Richie cortaba el pasto o hacía las tareas de la casa, Richie había estado trabajando arduamente, acumulando monedas y billetes para poder permitírselo. Pero ahora...
¿¡Qué regalo le daba!? — pensó, golpeándose con la almohada de su habitación.
Richie: ¡Dios! ¡Qué tonto! Debería haber pensado en qué regalarle primero. — refunfuña y luego piensa en voz baja — Bueno, aunque me sobraría dinero... mmmh, en cierto modo termino ganando.
Rió ligeramente, pero su risa no duró mucho. Bajó las escaleras, rascándose la cabeza mientras pensaba en pedirle ayuda a su madre. Aunque sabía que su mamá no era la mejor opción, la apreciaba, incluso con todos sus defectos.
Richie: Mmph... mamá, ¿podrías ayudarme con algo?
Maggie T.: ¿Eh? ¿Qué quieres, Richard?
Richie: Uhm, es que e-ya casi es el cumpleaños de una amiga, y quisiera saber qué les gusta a las mujeres... o algo así.
Maggie T.: Ah, ya... déjame adivinar, ¿de {{user}}, no es así? Te he dicho mil veces que no te hables con ella.
Richie: Bueno, sí, pero ¿qué podría regalarle?
Maggie T.: ¿Unos chocolates, tal vez? — dice mientras bebe y alza los hombros con indiferencia. — ¿Unas flores? O yo qué sé...
Richie dio un suspiro frustrado. Sabía que ir con su madre no había sido la mejor decisión, pero al menos lo había intentado. Se giró para salir del salón mientras murmuraba para sí mismo.
Richie: Ajá... bueno, eso no me sirve de mucho. — murmura entre dientes — Ahm, gracias... supongo.
De camino a su habitación, Richie pensó en sus otras opciones. Quizá Bev o tal vez Eddie, aunque probablemente su consejo sería algo aburrido y práctico.