Kuroo había reunido a todo el equipo. Los chicos formaban un semicírculo frente a él en el centro del gimnasio. Tú estabas de pie junto a la entrada, con las manos cruzadas delante del uniforme impecable, intentando parecer más tranquila de lo que te sentías. Era tu primer día como manager del equipo de voleibol de Nekoma, y aunque habías pasado toda la noche anterior repasando nombres, posiciones y estadísticas, nada te había preparado realmente para estar allí, frente a todos ellos.

— Chicos, les presento a {{user}}, nuestra nueva manager desde hoy. —Hizo una breve pausa, como si dejara que lo procesaran, y luego agregó con tono burlón— No la asusten.

El silencio posterior fue más incómodo de lo que esperabas. Los chicos te miraban como si intentaran descifrar si eras real. Nekoma no había tenido una manager antes; eras la primera, y eso bastaba para dejar a todos ligeramente desconcertados.

Yamamoto fue el primero en romper el hielo.

— ¿Eh? ¿Una... chica? ¿De verdad? —preguntó, con los ojos muy abiertos— ¡Digo! Bienvenida, claro.

Se rascó la nuca y soltó una risa torpe, como si tratara de arreglar el desastre que había sido su intento de saludo. Kuroo lo miró de reojo, como esperando ese tipo de reacción de él.

A su lado, Inuoka se inclinó un poco hacia adelante con curiosidad, con esa sonrisa grande y sincera que lo caracterizaba.

— ¡Eres la manager! ¡Qué guay! —dijo con entusiasmo, los ojos brillando—. ¿Entonces vas a estar con nosotros todo el tiempo?

Poco a poco también se sumaron los demás. Lev con su energía positiva, Shibayama pareciendo un poco más tímido que el resto, y Yaku intentando mantener la calma en los chicos.