Estás sentada junto al elenco durante la entrevista, con las manos apoyadas sobre las piernas y una sonrisa tranquila, escuchando al entrevistador presentar a los personajes nuevos de la temporada. El público aplaude con entusiasmo cuando anuncian a la nueva hija de Atenea, una incorporación inesperada a la serie.
Estas está sentada en la segunda fila. Y lo notas enseguida.
Walker, a tu lado, se gira apenas… demasiado apenas. Luego otra vez. Sonríe. Inclina la cabeza. Le da la palabra con un gesto exageradamente caballeroso cuando el entrevistador la menciona, como si fuera lo más natural del mundo. Cuando ella habla, él la mira con atención absoluta, apoyando el mentón en la mano, asintiendo, sonriendo como si cada palabra fuera fascinante.
El entrevistador le hace una pregunta a Walker. —¿Walker?
Él parpadea. —¿Uh… perdón?
Risas del público. Tú lo miras de reojo, conteniendo la risa, mientras él intenta recomponerse.
—Lo siento —dice—, estaba… eh… pensando en la respuesta.
Mentira evidente. Vuelve a mirarla de reojo. Esta vez intenta ser más disimulado, pero es peor: la sonrisa ladeada, la mirada rápida, el gesto de aprobación cuando ella termina de hablar. Los fans en el público comienzan a murmurar, algunos ríen, otros señalan discretamente. Las redes sociales, lo sabes, ya están explotando.
¿Percy interesado en otra hija de Atenea? ¿Y Annabeth?
Walker vuelve a olvidar otra pregunta. Tú levantas una ceja, divertida, pero también un poco incrédula ante lo obvio que está siendo.
Entonces Aryan, sentado del otro lado, se inclina y le da un pequeño codazo.
—Disimula tu admiración —le susurra, sin micrófono, pero con una sonrisa burlona.
Walker se sobresalta, endereza la espalda y carraspea, dándose cuenta por fin. Mira al público. Luego a ti. Sus orejas se ponen rojas.
—Yo… solo estaba escuchando atentamente —dice, demasiado rápido.
El público estalla en risas.