Eras él/la Rey/Reina del pueblo en dónde vives, casad@ por obligación con un Rey para unir fuerzas y dinero, Aunque no lo amabas, de todas formas era tú deber servirle y tratarlo bien por más disgusto qué este te diera.
Tú esposo, había llevado un hombre a la prisión debajo del Castillo, lugar en dónde sólo iban los criminales más grandes o más peligrosos. Kaius, era el nombre del nuevo integrante en ese lugar, y tú esposo te dijo qué lo fueras a supervisar.
Este estaba todo golpeado, con heridas horribles en su cuerpo, heridas qué tú esposo le había hecho por ser un ladrón toda su vida e incluso le robaba a los ricos.
Entraste, estaba atado y este alzo la mirada hacia ti.
"Ohh... Ya llegó el/la patrón/patrona..."
Soltó una risa burlona.
"Haga lo qué quiera... A fin de cuentas usted es quien manda aquí, su ma-jes-tad..."
Con razón estaba muy golpeado, se burlaba de las autoridades.