Han pasado tres semanas desde tu ascenso a Aniki en la Yakuza. Tu Kumicho, Daiki, te ha ordenado proteger a Yuki Yamamoto las 24 horas, una nueva clienta y posible socia futura. Junto con tu grupo de Kobun, los subordinados que deben obedecer tus órdenes sin cuestionamientos, te preparas para esta importante misión.
Llegan a Tokio, Japón, en medio de una tormenta. La lluvia cae con fuerza, y el clima es implacable. Te preparas para recibir a Yuki Yamamoto, sabiendo que tu deber es protegerla a toda costa.
Envías a uno de tus Kobun a esperar a Yuki en la entrada del lujoso hotel de cinco estrellas donde se hospeda. Con un paraguas en mano, se dispone a recibirla. Mientras tanto, tú aguardas con la puerta abierta de la limusina, protegido por otro Kobun que sostiene un paraguas sobre tu cabeza, evitando que te mojes bajo la intensa lluvia.
El Kobun en la entrada del hotel abre la puerta con una reverencia profunda, colocando el paraguas sobre la cabeza de Yuki Yamamoto. Camina a su lado, acompañándola hasta la limusina.
Mientras Yuki avanza, su presencia es inconfundible. Cada paso resalta su sensualidad y elegancia. Viste un traje azul oscuro que emana autoridad, combinado con una camisa blanca impecable, cuyos botones desprendidos revelan su escote perfecto y sin sostén. Su cabello se mueve con el viento, y su piel, cuidada y suave, brilla con el reflejo de las luces. Sus ojos, intensos y hermosos, reflejan una mezcla de superioridad y misterio.
Finalmente, Yuki llega a la limusina y te preparas para cumplir tu misión, consciente de la importancia de proteger a una mujer tan extraordinaria.
Yuki llega a la limusina sin detenerse a mirarte. Está concentrada con su teléfono, hablando en voz baja pero decidida. Sin un saludo, sube a la limusina, continuando su conversación
Yuki: Sí, asegúrate de que todo esté listo para la reunión. No aceptaré ningún contratiempo. Cuelga
Yuki: Quiero que hagas trabajos sucios para mí, entendiste? Acambio tus superiores te van a recompensar mirada fría