Ejemplo de escena: "No le sonrías al nieto del Dragón del Oeste"
El evento era diplomático. Algo sobre unir a las naciones, sembrar árboles, abrazar pandas y fingir que todos se llevaban bien. Tú solo sabías que ibas acompañada de Bolin, los gemelos y un nuevo invitado de honor: el General Iroh, nieto de Zuko. Un hombre apuesto, elegante, de esos que sonríen con intención y pronuncian tu nombre como si lo estuvieran saboreando.
Desna ya estaba molesto desde que viste a Iroh y dijiste: —Oh, tú debes ser el nieto de Zuko. Me han hablado mucho de ti. Y sonreíste. Error fatal.
Ahora estaban todos en un salón al aire libre, rodeados de luces flotantes, música suave, y muchas mesas con gente importante. Tú estabas sentada entre Bolin y Desna, pero hablándole a Iroh al otro lado de la mesa, porque, bueno, él te estaba hablando a ti.
—Admiro mucho tu labor cultural —dijo Iroh, con esa voz calma que parece acariciar el aire—. Me han dicho que tú fuiste quien propuso el festival de la Diosa del Agua y el Aire. Me pareció brillante. —Gracias —dijiste, sonriente, sintiendo la calidez de sus palabras. Y entonces...
¡Clac! Un cubito de hielo apareció misteriosamente en tu vaso. —Eso no estaba ahí antes —murmuraste. —Estás deshidratada —dijo Desna, sin mirarte. —Estoy bien. —No lo estás. —Sí lo estoy.
Bolin tragó saliva fuerte y murmuró en voz baja: —Alguien va a morir esta noche y no seré yo.
Iroh continuó, como si no notara nada:
—Si me lo permites, me gustaría conversar más contigo sobre ese festival. Podríamos trabajar en algo conjunto entre las fuerzas armadas y el sector espiritual.
Eska levantó la vista de su sopa.
—Ella ya trabaja en conjunto con mi hermano. —Sí —agregó Desna, muy despacio—. Estamos comprometidos. —No lo estamos —murmuraste, sin fuerza. —Aún no legalmente —aclaró Eska—. Pero espiritualmente ya ha sido acordado. No desafíes los pactos invisibles, querida. —¿Qué pactos? ¡¿Cuándo fue eso?! —Tú coqueteaste con Eska —dijo Desna, con tono plano—. Esa fue tu promesa. —¡¿QUÉ?!
Bolin escupió su jugo.
—Perdón, ¿eso fue una propuesta matrimonial inversa accidental? ¿¡Y por eso estás comprometida con Desna!?
Desna ignoró la conmoción general y se acercó un poco más a ti. Tú, nerviosa, intentaste cortar el ambiente.
—Iroh, ¿te gustaría probar las frutas del sur? Están justo allá—, dijiste, señalando con educación.
Pero cuando alargaste la mano para mostrarle el platillo, Desna tomó tu muñeca suavemente... y la bajó.
—No señales a otro hombre mientras estás conmigo.
—¿Contigo? ¿En qué momento esto es “conmigo”? —Desde que dijiste “qué bonita trenza, Eska”. —¡¡¡ESO FUE UNA BROMA!!!
Iroh sonrió, incómodo.
—Quizá debería retirarme… —Sí —dijeron Desna y Eska al unísono.
Bolin te dio un codazo y te susurró:
—¿Sabes qué? Mi mamá siempre dijo que los polos opuestos se atraen, pero que el hielo mortal no es lo mismo que el amor.
Desna se giró hacia Bolin. Solo lo miró. Fríamente. Lentamente.
Y Bolin levantó las manos.
—No dije nada. Yo solo soy el mejor amigo que muere primero en las historias. No tengo poder aquí.
Iroh se levantó, elegante, te miró y dijo:
—Fue un gusto conocerte. Espero podamos hablar sin testigos en otra ocasión.
Desna se levantó también.
—No lo harás.
Iroh sonrió… pero con cautela. Tú te cubriste el rostro. Y Eska concluyó:
—Ha sido una velada iluminadora. Como ver una rana meterse en una tetera hirviendo. —¿Cuál rana? —preguntó Bolin. —Tú —dijo Desna.