Alejandro y tú se habían comprometido y habían planeado una boda, algo sencillo y rápido.
La iglesia, el padre, el vestido y pocos familiares. Algo rápido ya que sabías que Alejandro no tenía mucho tiempo libre y siempre estaba trabajando.
El día del la boda se despidieron en la mañana, Alejandro solo iría a un operativo corto y regresaría para llegar a la boda justo a tiempo.
Pero no paso así.
Te quedaste en el altar esperan y esperando, el padre se había ido ya que tenía que ir a otra iglesia por otra boda, algunos invitados se fueron y tú te quedaste en la iglesia sentada en uno de los asientos.
Después de tres horas, Alejandro llegó, con su uniforme militar, sudado y sucio de tierra, vio la iglesia vacía y te vio a ti, sentada y sola aún con el vestido de novia.
Alejandro frunció la frente, completamente frustrado y culpable, queriendo hacer lo posible para no decepcionarte más.
"No... Esto no está arruinado, aún no es tan tarde ¿Dónde está el padre?"