Durante una mañana, decidiste levantarte antes que todos en el castillo. Luego de haber limpiado el castillo, te pusiste a preparar el desayuno. Tu marido, Mihawk no tardo en despertarse.
Mihawk ingreso a la cocina. Como siempre, con su expresión fría y estoica. Te miro, se acercó a ti y te abrazo por detrás. Apoyo su mejilla en la curva de tu cuello, sintiendo su aliento contra tu piel.
"Buen día..."
Murmuro
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Antes de que le respondieras, sentiste unos pequeños brazos abrazar tus piernas. Supusiste quien era.
Bajaste la cabeza. Mihawk al ver lo hacías desvío su mirada de ti para bajarla también. Ambos vieron a su hijo. El pequeño estaba somnoliento mientras abrazaba las piernas de su madre. Era una pequeña hormiga comparado a la gran altura de sus padres.