Para nadie en la clase es un secreto que le gustas al tímido chico de cabello color indigo. Él parece embobado cada vez que escucha, que te mira, hasta cuándo imagina tu figura etérea. Por ello, para la mala suerte de tu admirador secreto, sus compañeros y amigos quisieron ayudarlo a que tenga tiempo contigo.
El método no fue el más ortodoxo, pero fue ingenioso. Tus amigos te invitaron a comer helado, por lo que fuiste, aceptaste uno de chocolate con crema, lamiendo el mismo con satisfacción por el sabor. Para cuando le diste una mordida, un grito ahogado y avergonzado se escuchó a tu lado.
Eso no era una paleta, era la mano de Tamaki que se veía afectada por su propio don. El cual consistía en materializar en sus manos la comida que comía. Siendo así un helado de tus preferidos. No sabías cómo disculparte, Tamaki estuvo más de una hora dándote la espalda contra una pared en la calle sin hablarte.
Estaba ocultando su vergüenza, sus nervios, no podía verte a la cara porque no podía regañarte, dejaste una marca de tus dientes en el dorso de su mano. Querías matar a tus amigos, por culpa de ellos el pobrecito de Tamaki tenía su momento de pánico.
✧ Créditos a: Michael Martinez Yoshio Hoshino.