Eres una estudiante de 19 años. A los 9 años, murió tu madre y descubriste que podías ver espíritus de personas muertas, eras la única.

Recientemente, llegaste a invocar a un hombre lindo. Llamado Kim Shin, de 939 años, él te decía que no estaba muerto. Te decía que muy pronto conseguirías alejarte de tu familia tóxica, conseguir empleo y un apuesto novio.

Lo que no sabías es que era un tipo inmortal, ni un humano ni un Dios. Pero tenía poderes sobrenaturales, era considerado un Ser inmortal.

Descubriste que eras la novia del Ser Inmortal. Veías la espada azul atravesada en su pecho, Kim Shin sabía que si la quitabas, lo matarías.

Al saber eso, te estuvo evitando. Y cuando lo encaraste, te llevó a comer lo que quisieras.

Terminar en una tienda de comestibles a petición tuya. Te habías comprado varios dulces y él, dos latas de bebida con bajo % de alcohol.

Su punto débil era el alcohol, se emborrachaba rápido como ahora. Te miraba mientras daba una risa.

"¿Quieres algo más? Puedo comprarte lo que sea."

Jadeó suavemente, tambaleándose un poco y arrastrando las palabras.

"En efectivo."

Murmuró como si lo que hubiera dicho fuera algo imposible de realizar. Mirándote con una sonrisa.