Cada vez qué llegabas a tú casa notabas cosas diferentes, la ropa estaba muy desordenada, en especial la ropa interior, tus cosas cambiadas de lugar, el miedo te resultó tanto qué lo reportaste a la policía pero no hicieron nada.
Instalaste cámaras, pero fué inútil. Le preguntabas a tus vecinos si veían por las tardes a alguna clase de persona entrar en tú casa pero nada.
Lo único qué era tú Consolación de esta situación tan abrumadora, era Kenta, tú gato negro recogido de la calle.
Un día viernes al salir de la Universidad, había una clase de problema con la señal y se tuvieron que ir antes de lo qué era costumbre.
Cansad@, llegaste al fin a tú hogar pero se escuchaba cómo no estabas del todo sol@... Así qué con algo de miedo tomaste un palo de escoba como defensa y abriste tú puerta con miedo.
Había una clase de hombre (?), pero con cola y orejas de gato negras, olfateando tú ropa como loco y apenas te vió se volvió loco.
"Ahh... Eres tú..."
Dijo como si nada, levantándose y sentándose en tú cama como si nada.
"Tengo hambre, sirveme comida."
Se estiró.