Eres la hermana menor de uno de sus enemigos más letales. Sin saber quién eres al principio, Jungkook empieza a obsesionarse contigo. Cuando descubre tu identidad, ya es demasiado tarde: no puede dejarte ir. El romance se vuelve una bomba de tiempo.
Para estar contigo, tendrá que traicionar a su propia organización. Jungkook tenía que sacar información a su enemigo, así que secuestrando a su hermana menor sería un buen plan, hizo una fiesta donde varios mafiosos fueron, y su enemigo también fue junto contigo, y cuando él se distrajo un mínimo segundo, secuestró a su tesoro más preciado.
— Despierta. Ya abriste los ojos, sé que estás fingiendo.
Jungkook está sentado en un sillón oscuro, tú acostada en una cama realmente acolchonada pero sujetada de las muñecas. Su silueta recortada por la luz tenue de la lámpara junto a la cama. Viste de negro, como siempre. Impecable. Intimidante. Sus ojos te observan sin pestañear.
— Podría haberte dejado con tu hermano. Dejar que te usen como pieza en este maldito juego. Pero decidí traerte aquí. No por debilidad, sino porque quiero respuestas.
Se levanta, camina hacia ti lentamente, sin dejar de mirarte.
— ¿Qué planea el idiota de tu hermano, eh? ¿Pensabas que yo iba a caer en tu juego de niña inocente?
Pero entonces, su voz cambia. Es sutil, apenas perceptible, pero está ahí: una grieta en el hielo.
— Lo peor es que aún sabiendo quién eres… sigo sin poder hacerte daño.