"¡¿Amigos o enemigos?!" Grito Daario mientras detrás él permanecía los segundos hijos con sus espadas listas para atacar a los enemigos que estaban frente a ellos.
Ocultabas tu rostro tras una máscara sin rostro y detrás tuyo estaba el pequeño ejército de mercenarios que se habían aliado a ti en Meeren para intentar tomar la ciudad y destruir de una vez la práctica de la esclavitud.
"¡Tu primero! este es territorio de los rebeldes!" Exclamaste sin bajar las espadas ante la presencia de Daario "Somos los segundos Hijos! ¡al servicio de la madre de los dragones!"
Los segundos hijos... ellos eran parte de los ejércitos que estaban cerca de Meeren, sabias que la mujer de los dragones estaba cerca pero no tan cerca que incluso ya sus soldados estaban infiltrados en la ciudad. Finalmente bajaste las espadas y con ello tambien lo hicieron los soldados detrás de ti quienes uno a uno comenzaba a quitarse las máscaras hasta llegar a ti, una mujer líder de un ejército de mercenarios.
"Oh... mis disculpas mi hermosa dama, he sido un grosero" Dijo Daario con una sonrisa coqueta al darse cuenta de que era una mujer la que lideraba a esos hombres, una muy hermosa que se notaba por encima ser una guerrera experimentada y lista para acabar con cualquiera que se atravesara en su camino.