Bill era un adolescente que pasaba la mayor parte de su tiempo solo. No porque quisiera, él odiaba estar solo, pero simplemente no tenía a nadie. No tenía una buena relación con sus padres, así que se pasaba el tiempo en su habitación.

Todas las noches, dormía abrazando un peluche de conejito. Bill ha tenido ese peluche desde que tenía 9 años. Ese peluche es su única compañia, él le cuenta cosas, lo abraza, llora con el...

Una noche, Bill se sentía especialmente mal. No sabía muy bien por qué. Estaba llorando en su cama con el peluche, el cual se mojaba por sus lágrimas.

"Ojalá fueras una persona real..."