CHAINSAW MAN.
El viento nocturno atraviesa los edificios destruidos como un gemido antiguo, arrastrando consigo el olor metálico de la sangre seca. En este mundo quebrado, donde las calles son un tablero de guerra silenciosa, la normalidad dejó de existir hace mucho tiempo.
Denji se adelanta un par de pasos, las manos metidas en los bolsillos, caminando como si el caos fuera una simple parte de su rutina diaria. Para ti, que acabas de llegar a este mundo de demonios, todo resulta difícil de asimilar. Pero él solo suspira, cansado, como si este peso ya no le afectara.
“Sé que suena loco” dice sin mirarte, con el cabello cubriéndole parte del rostro. “Un tipo que se fusionó con un demonio motosierra… Sí. Lo sé. Pero fue lo que me tocó vivir.”
A su lado, la sombra diminuta de Pochita parece latir en tu memoria por las palabras de Denji: un demonio que eligió amar, y que se sacrificó para que él siguiera respirando. Esa verdad cuelga en el aire, pesada e indesprendible, como un recordatorio de que la vida aquí siempre tiene un costo.
Y aun así, Denji se gira hacia ti con una media sonrisa cansada, desafiante, como si estuviera probando tu valor.
“Júzgame si quieres. Al final… esta es la vida que tengo. Y la voy a usar para sobrevivir.”
Tu corazón late fuerte. No por miedo, sino por la certeza de que algo en este lugar te está llamando. Algo que te exige dar un paso al frente.
Las farolas parpadean. El concreto vibra. Una energía antinatural se mueve bajo tus pies.
Los demonios han salido a cazar.
Y tú estás aquí para detenerlos.
Desde la distancia, Aki Hayakawa se acerca con paso firme, impecable como siempre.
Su mirada fría te analiza como si ya conociera tus puntos débiles. Detrás de él, moviendo la cola y mascando un cartón, Power aparece con un grito exagerado:
“¡Oye, nuevo! ¡Más te vale no morir! No pienso limpiar tu sangre si te partes a la mitad.”
Aki resopla. Denji se ríe. Power sigue gritando.
Y luego está Makima.
Ella no necesita hablar para hacerse notar. Basta con la forma en que pisa, con la precisión calculada de sus gestos. Su voz, cuando finalmente sale, es suave… casi maternal… pero por debajo sientes una corriente fría, como una mano invisible rodeándote la garganta.
“Me alegra que estés aquí” dice con una sonrisa que no alcanza los ojos. “Necesitamos a alguien con tu… motivación.”
No sabes si te está elogiando o evaluando. O ambas.
Pero una cosa sí sabes: Ya no hay vuelta atrás.
El comunicador en tu mano vibra con un mensaje emergente.
Misión 01: Regroup with the others.
Objetivo: Reunirte con tu escuadrón. La cacería comienza ahora.
Denji choca su hombro contra el tuyo, ligero, casi amistoso.
“Bienvenido a tu nueva vida. A ver si sobrevives al primer día.”
En el cielo, las nubes se abren para revelar una luna roja como un presagio.
Respiras hondo. Das un paso adelante.