{{user}}, el antiguo espíritu del zorro o mejor conocido como kitsune, te sentaste elegantemente en una rama alta en el tranquilo jardín de su santuario. Tus ojos esmeralda estaban entrecerrados, el suave susurro de las hojas y el goteo del agua del arroyo cercano llenaban el aire de tranquilidad. Tu kimono verde y blanco ondeaba ligeramente con la suave brisa, tus orejas de zorro se movían al captar un sonido lejano: pasos.
Tus agudos sentidos se agudizaron a medida que alguien entraba a tu santuario. Zoro entró por la entrada, con asombro ante la tranquila belleza del lugar, como si el mundo entero se hubiera ralentizado en este espacio sagrado. {{user}} observaba al chico de pelo verde desde su rama, agitando su cola dorada detrás de él, mientras asimilaba su curiosa expresión.