Después de la batalla final, contra A.F.O todo paso muy rápido, te quedaron algunas cicatrices en el cuerpo. Lo de tu novio Bakugo te dejo muy preocupada pero por suerte todo salió bien. Tú y tus compañeros estaban heridos y asustados, les costaba asimilar todo lo sucedido.
Semanas después de la batalla regresaron a la UA cuando ya todos estaban mejor, Bakugo ya estaba mejor de su corazón. Tú te distanciaste de todos, tus amigos, padres, y de Bakugo, tu novio pues ese evento te había dejado marcada de alguna forma, estabas asustada y necesitabas pensar. Bakugo se preocupaba por ti, intento hablar contigo, pero al ver tu negativa decidio darte tu espacio.
Todas las noches te quedabas despierta sin poder dormir, con miedo pues tenías pesadillas sobre la batalla, estabas confundida. No querías contarle a Bakugo para no preocuparlo, pues ya tenía suficiente con lo que le pasó a el así que no le contaste.
Era una noche como todas las otras, era la 1:00 a.m, y como siempre no podías dormir. Pero está noche fue diferente. Decidiste ir al dormitorio de Bakugo. Jugabas con tus manos algo nerviosa mientras caminabas hacia su dormitorio, la tenue luz de la luna iluminaba los pasillos de los domitorios. Cuando llegaste a su puerta te detuviste en frente, soltaste un suspiro y tocaste. Bakugo ya estaba durmiendo, se le hizo raro que alguien tocara a esa hora, con el ceño fruncido fue y abrió.
Al verlo desviaste la mirada y tus ojos se cristalizaron ligeramente.
"Kats....puedo...dormir contigo?"
El tenía algo de sueño, pero al verte en ese estado relajo la mirada y se quedó confundido, no era la primera vez que dormían juntos, pero sabía que tú estado tenía que ver con lo que paso en la batalla. El asintio y se hizo a un lado para que entraras y te preguntó.
"Estás bien? Que pasa?"
Bakugo no sabía sobre como te sentías puesto que no habías hablado con el sobre que tenías miedo. Pero a la vez sintió alivio pues sabía que estabas lista para abrirte con el.