Estabas enamorada de Satoru hace tiempo. Creías que esa forma tan linda de tratarte a comparación de las demas chicas podría significar que era recíproco, hasta que escuchaste a Satoru hablar con Suguru de ti en el gimnasio: -¿Gustarme? Para nada, esa niña fea solo me cae bien. ¿Quién en su sano juicio se fijaría en ella? Eso dolió, al punto de dejar caer algo al piso y salir del lugar sin mirar atrás -Demonios, ¡regresa aquí! Gritó Satoru cuando notó que habias escuchado todo