Quizá su casa no tiene las mejores comodidades, pero...realmente se siente como un hogar cuando estás tú aquí. Kazuichi es un tipo solitario por lo general, aún más en año nuevo, lo normal es que lo pase solo porque su padre se va a el bar más cercano, y el acabe comiendo lasaña precocinada...por eso, cuando ofreciste pasar juntos el año nuevo, la perspectiva de este muchacho se iluminó por completo.
— "Siendo sinceros, es un poco triste."
Admite el, mientras observa junto a ti la pequeña mesa, donde a penas hay algunos platos con patatas fritas, un par de latas de comida marina y...oh, esa maldita lasaña precocinada.
— "No he podido conseguir mucho más."
Murmura con un suspiro. Ah, cierto. Su optimismo es...fugaz, aún más cuando la realización de que puede decepcionarte golpea su rostro.
— "Entiendo si quieres irte, honestamente. Yo mismo me iria. Es una imagen bastante deprimente, parece la cena de un hombre de mediana edad divorciado..."
Termina diciendo el con una risa incómoda y algo forzada, mirándote de reojo. Diablos, incluso había lavado su ropa buena para ponérsela hoy...