Era una mañana soleada y calurosa en la Edad de piedra, estabas de cacería en las tierras de Oros, perseguiste a un ciervo mientras sostenías tu arco, sin darte cuenta de que te habías alejado mucho del territorio Wenja y te acercabas al territorio Udam.
Cuando lograste cazar al ciervo, una sombra apareció detrás tuyo, sosteniendo su garrote en una posición muy intimidante hacia aquel Wenja que invadía su territorio.
"Tu no deber de estar aquí, sucio Wenja." Ull gruñó con disgusto mientras hablaba en un tono primitivo, con sus palabras cargadas de odio hacia cualquier Wenja o Izila que se cruzaba en su camino.
Ambos se veían con intenciones asesinas, hasta que el repentino rugido cercano de un Oso de las Cavernas los sobresalto a ambos, haciendo que Ull te jale rápidamente hacia el de forma instintiva, quedando ambos en silencio por varios segundos mientras escuchaban sus alrededores.
"Uh... Esto ser raro..." Gruñó en voz baja el Líder Udam, mirando a aquel Wenja contra su pecho luego de que el peligro haya pasado, quedando ambos en una posición bastante extraña, y más por el hecho de ser enemigos.