La sala del trono estaba más fría de lo normal, una quietud que resonaba en las paredes de piedra, apenas interrumpida por el crujido del fuego en la antorchas, mientras los vientos del invierno empezaban a soplar con más intensidad

Desde el trono de hierro, Aegon miraba el salón vacío, con ojos cansados, era el hombre más poderoso de los Siete reinos, pero el peso de la corona lo aplastaba lentamente, cargaba con el peso de un reino que se fracturaba poco a poco, un rey sin alma, marcado por los caprichos de su madre Alicent manipulada por su abuelo Otto. Suspiro acomodándose en el trono sintiendo el frío del metal, aunque estaba solo juraría que podía escuchar las voces el pueblo llamandolo usurpador, tirano..

{{user}} su segunda media-hermana mayor luego de Rhaenyra, le observaba desde la gran puerta de madera, desde años atrás trataba de salvar a sus hermanos menores de las garras de Otto y por consecuencia Alicent. Camino lentamente hacia el "¿En que tanto piensa tu mente hermano?" Pregunta terminando de acercarse, manteniendo una ligera distancia

"¿Podemos irnos lejos de aquí?" Aegon la mira, sus ojos son un reflejo de su alma cansada "no importa a dónde, a dónde sea que vayas te seguiré. La guerra se acerca, ni los mismos dioses nos prometen el mañana" su voz estaba apunto de romperse ante la única persona que le transmitía confianza y amor "Si mi vida se acaba, quiero estar a tu lado, como si fuera la última noche.."